lunes, 17 de junio de 2019

Migraciones

MIGRACIONES

Según la Wikipedia y diversos textos, La migración de los seres humanos es un fenómeno mundial y está presente en todas las épocas de la historia y en todas partes de nuestro planeta.
La historia y la prehistoria de la humanidad hace referencia a los grandes movimientos culturales, económicos, geográficos y políticos. Además se hace referencia en el mismo documento a una diversidad de migraciones humanas que nos llevan desde la prehistoria-neolítico o Edad Media,...hasta los grandes descubrimientos de la Edad Moderna y la Industrialización.
En el siglo XX se ha equiparado el proceso migratorio con el éxodo rural europeo, pero agravado por el tercer mundo y la pobreza.
Durante lo que llevamos del siglo XXI, se ha agudizado el problema por varios factores,: guerras, violencia de diverso género, religiones, etc...

La globalización y las migraciones actuales[editar] WIKI

La globalización de la economía está íntimamente relacionada con las migraciones modernas. El establecimiento de colonias europeas en todas partes del mundo a partir del siglo XVI llevó a una primera gran ola de emigración de europeos hacia todas partes del mundo, que entre otras cosas generalizó los idiomas europeos en América, África, Oceanía y partes de Asia.
Durante la industrialización europea (1800-1930) el excedente de población fue resuelto mediante la segunda gran ola de emigración de europeos, esta vez hacia América y Australia.
El proceso de globalización contemporánea, iniciado luego de la Segunda Guerra Mundial y consolidado tras el colapso de la Unión Soviética, estableció un sistema mundial de libre circulación de capitales, bienes y personas. Naturalmente, la globalización impulsó tres grandes procesos migratorios:
  • de ejecutivos y empresarios desde y hacia todas partes del mundo
  • «fuga de cerebros», artistas y deportistas de los países más pobres hacia los más desarrollados
  • de trabajadores no calificados de los países pobres para emplearse en los puestos de trabajo infravalorados por las poblaciones nativas de los países ricos (empleo doméstico, recolección de basura, construcción, servicios de gastronomía, etc.).
Simultáneamente, los flujos globales del capital y su efecto inmediato de creación-destrucción de empleo, según sea que entre o salga de ciertos países, promueve también naturalmente un flujo del trabajo siguiendo al capital. Este flujo del trabajo, expresado en forma de migraciones internacionales, se ve incrementado por las desigualdades sociales extremas generadas durante el proceso de globalización.
Ello ha llevado a todos los países ricos a imponer crecientes restricciones a la inmigración de trabajadores no calificados (aunque continúan promoviendo la libre circulación de empresarios y científicos, así como la de capitales).
De todos modos ninguna de las sociedades ricas puede prescindir de los inmigrantes porque amplios segmentos de los mercados de trabajo solo pueden emplear inmigrantes, ya que ni aun los más descalificados trabajadores nativos están dispuestos a desempeñar ciertos empleos.
En las condiciones de la globalización, estas restricciones presionan aún más sobre la pobreza de las sociedades pobres, aumentando aún más la desigualdad en los países de origen, y además promueven, por un lado la trata de personas y por el otro la explotación de los trabajadores inmigrantes, reduciendo aún más los salarios de los empleos rechazados por los trabajadores nativos.
De este modo, la globalización ha creado un círculo vicioso de circulación del capital, pobreza y emigración forzada, que las restricciones inmigratorias de los países ricos parecen incentivar aún más.

Perspectivas[editar]

Las situaciones sociales generadas por las migraciones son difíciles y muy complejas, especialmente en los momentos actuales. Sin embargo, una idea fundamental debe resaltarse: el fenómeno de la migración debe atenderse tanto en el lugar o país de emigración (origen) como en el de inmigración (destino). Los países desarrollados resultan favorecidos con la situación de atraso del mundo subdesarrollado: tienen mercado para su producción, consiguen precios muy bajos para sus importaciones de los países pobres, su monedaes más estable porque se aprovechan de la mayor inestabilidad en los otros países, etc. Y así sucesivamente.
Por otra parte, la desigualdad social y económica ha venido creciendo de una manera exagerada en el último medio siglo, tanto si nos referimos a la que existe entre los países como la que existe entre las personas y grupos sociales. El aumento del bienestar socioeconómico (es decir, del nivel de vida de la población) en los países ricos implica una enorme carga económica en los países más pobres porque son aquellos los que se benefician más del crecimiento del comercio mundial y del abaratamiento relativo de los productos agrícolas, y ahora industriales, de los países más pobres. El aumento de los precios del petróleo es una manifestación de esta situación: los países desérticos del Medio Oriente y de África tienen miles de kilómetros de oleoductos y gasoductos (inclusive entre países enfrentados entre sí) y, en cambio, no tienen ni siquiera una cantidad mucho menor de acueductos, a pesar de que el agua es mucho más cara y necesaria que los hidrocarburos. Por otra parte, en los países del Sahel se podría impulsar el desarrollo agrícola de muchas zonas desérticas con acueductos por tubería procedentes de las regiones ecuatoriales, donde se encuentra el río Congo, que es el segundo en el mundo por su caudal. Pero ello parece una utopía, no por razones técnicas, sino por motivos políticos, culturales y comerciales.
Además, hemos de tener en cuenta que hoy en día se puede llegar en muy poco tiempo, a la superproducción en casi cualquier ramo de la economía, tanto agrícola (caféazúcarbananas y otras frutas, etc.) como industrial (máquinas, automóviles, camiones, autobuses, textiles, productos electrónicos, etc.) y, aunque esa superproducción tiene lugar en muchos países pobres, los precios bajos de dichos productos (por dicha superproducción) favorecen, evidentemente, a los más ricos.
Debe enfatizarse la idea de que el desarrollo agropecuario de muchos países subsaharianos (los que hemos usado como ejemplo, y que sufren unos masivos procesos de éxodo hacia los países europeos) ejercería rápidamente una acción estabilizadora y positiva que se traduciría en un mayor crecimiento económico del área y una menor necesidad de emigración. Y ello podría hacerse con las técnicas que existen actualmente e incluso con una especie de «importación» del suministro de agua de los países con superávit a los que tienen un déficit perenne de este recurso que, a fin de cuentas, es mucho más necesario y valioso que el petróleo.
Por otra parte los países desarrollados siguen una política dual frente a las migraciones provenientes de los países no desarrollados, promoviendo y fomentando la inmigración de científicos, técnicos, personal capacitado, empresarios, artistas y deportistas (fuga de cerebros en el país de origen), agravando así aún más el subdesarrollo, y extremando las restricciones para la inmigración de trabajadores no calificados.
Sintetizando, en la era de la globalización, de la economía mundial y de la libre circulación global de bienes y capitales, las migraciones globales son una consecuencia natural. La gestión de las migraciones actuales (siglo XXI) pasa por garantizar plenamente el derecho a la libre circulación comenzando por garantizar el derecho a no emigrar, detener la promoción de la fuga de cerebros por parte de los países desarrollados, reducir la desigualdad entre «países ricos» y «países pobres» e impulsar amplias campañas antidiscriminatorias orientadas a la construcción de sociedades culturalmente plurales.

¿Es posible la integración?

¿Es posible la integración?
Cuando hablamos de integración pensamos en el tipo de integración y quiénes son los que se integran o se quieren integrar.
En cuanto a los sujetos migrantes, la integración va a depender de un conjunto de factores que tienen como origen no sólo y principalmente al migrante, sino a la comunidad de recepción. Pero dentro de esta sociedad, a los sectores dominantes y a la cultura construida sobre la base de una serie de intereses sociopolíticos concatenados a lo largo de su historia. Una prueba fehaciente de esta situación se puede observar a través de los diferentes procesos por los cuales atravesó nuestra historia a lo largo del tiempo. Los sectores subalternos de la sociedad civil fueron asimilando una serie de mensajes, que condicionaron su conducta, y los fue progresivamente disciplinando, a tal punto, que la transmisión de aquellos mandatos originales estaba asegurada debido a que las nuevas generaciones serían educadas bajo esos mismos preceptos.
Ahora bien, cómo se puede integrar un conjunto de personas en una sociedad que no ha sido educada para la integración, y que, por el contrario, recibió una educación basada en el prejuicio hacia todo aquél que no fuese un connacional o, por lo menos, un parecido.
En Argentina, por ejemplo, han llegado importantes contingentes de extranjeros de diferentes lugares del mundo, su recepción fue y es bastante conflictiva. Las relaciones sociales y políticas que se establecieron con aquéllos que debían integrarse en una sociedad deseosa de incorporar europeos del norte, se encontró con que los que llegaban eran del sur, y no sólo del sur de Europa. Además, muchos de los recién llegados estaban politizados, y no muy de acuerdo con la idiosincrasia dominante de la época oligárquica (fines del siglo XIX y principios del siglo XX). "Los llamamos, ¿los expulsamos?", podrían preguntarse en aquellos tiempos los políticos de turno. Pero se necesitaba mano de obra, y no todos eran revoltosos; había que subordinarlos a las ideas dominantes de la época.
De esta manera se puso en marcha un complejo mecanismo ideológico, a partir del cual se atemorizó a la población nativa, y también a la migrante. Se persiguieron a los más peligrosos, y se expulsaron a otros tantos. Se discriminó a todo aquél que pudiese atentar contra el orden establecido poniendo en tela de juicio el 'progreso' que tanto había costado obtener.
Pero esta conducta social no fue fruto de la coyuntura. La historia de aquéllos que conquistaron y colonizaron diferentes regiones del mundo no se diferenciaba demasiado respecto a las formas en que trataban al 'otro', ya que la cultura que transmitían estaba plagada de historias de discriminación, prejuicio, persecuciones y muerte. El único objetivo era imponer un proyecto político, social y económico determinado.
El inmigrante será en América Latina el clásico destinatario de un doble discurso político en el que se vinculan dos conceptos antagónicos: exclusión e inclusión.
Los múltiples estudios sobre racismo y etnocentrismo giran alrededor del rechazo o la aceptación, siempre relativa del 'diverso'.

Observaciones finales
Los mensajes orientadores de opinión que contribuyen a formar la mentalidad a partir de la ideología dominante o hegemónica de los sectores mayoritarios de la sociedad respecto al funcionamiento social afectan a casi todos los sectores de la sociedad, incluso a aquéllos que investigan sobre temas sociales.
Son los medios de comunicación los que se encargan de introducir en el imaginario sociocultural aquéllas cosas que terminan siendo aceptadas y consensuadas en general como reales, aunque en muchas ocasiones sean nada más que ilusiones o grandes falsedades.
La tercera hipótesis planteada por Susana Neuhaus en su trabajo Reflexiones sobre autoritarismo, es pertinente para sintetizar lo expuesto:
Este estado de cosas se sostiene con el consumo general, que acepta la ficción de democracia (la formalidad democrática que oculta la desigualdad y el carácter autoritario del poder real) consenso inducido a través de una penetración ideológica que hace mantener una ilusión al ciudadano común (Neuhaus, 1986).
El discurso hegemónico niega la realidad, fantasea con el desarrollo, falsea con la apertura (ya que no es para todos), y muestra al mundo una imagen del país muy diferente a la realidad.
Los Estados manifiestan poco interés en el estudio de la importancia de los recursos humanos formados en el país, pero esto no se traduce en el discurso, el cual opera a través de las fantasías entendidas como 'representaciones sociales' que funcionan como mediadores ideológicos.
La presencia de los medios de comunicación en la construcción de estas representaciones sociales es fundamental, sobre todo si tenemos en cuenta que cubren un tema en la medida que pueda generar noticias atractivas por su contenido 'dramático y novedoso'. Pero en ningún momento estas noticias se detienen en las causas más profundas del fenómeno, y cuando la 'exclusiva' se agotó, dejaron de preocuparse por la situación.
"Allí donde los modelos migratorios tienen larga data, la migración tiene una influencia tan profunda que puede llegar a convertirse en una institución nacional y en parte de la psiquis colectiva" (King, s/f).