La autoestima es una disposición natural de uno mismo, es
como una evaluación de tu mente y tu persona, pero sin evaluar conocimientos,
ni habilidades, ni éxitos ni fracasos.
Tradicionalmente se han distinguido dos tipos de autoestima;
la positiva y la negativa. Así puedes ser querido por todos y no quererte tu
mismo, estamos hablando de autoestima negativa. Por el contrario, hablamos de
una disposición de uno mismo hacia la consecución de un sentimiento de
competencia para alcanzar confianza en uno mismo, estamos hablando de
autoestima positiva.
La lista de comportamientos relacionados con la
autoestima positiva, son:
_la forma de hablar y moverse de manera locuaz
_ser un individuo abierto y curioso
_la actitud de apertura y curiosidad fuerte a la
experiencia
_el comportamiento asertivo y armónico
_La voz también es un buen indicador
La familia es verdaderamente significativa en el
desarrollo de la autoestima.
Los niños que se sienten amados y aceptados tal como son,
los que no se sienten continuamente cuestionados en su valor básico, poseen una
inapreciable ventaja en la formación de autoestima.
La autoestima de un niño no se relaciona con la posición
económica de su familia, ni con la educación, clase social, ocupación de los
padres, ni otras cosas con las que se les suele asociar. Lo verdaderamente
positivo es la relación existente entre el niño y los adultos que son
importantes en su vida.
Así, por ejemplo, algunos niños emergen de su niñez,
transcurrida con mucha opresión, con un sentido de “sí mismo” inalterado y con
autoestima elevada.
Otros, por ejemplo, que provienen de un medio más
protector, crecen dominados por las dudas y la inseguridad.
El niño que recibe invisibilidad en los primeros años de
su existencia y se siente frustrado con las necesidades básicas (como el
afecto), puede sufrir graves trastornos en su autoestima.
En la adolescencia, la autoestima suele caer en picado!.
JUEGOS DE AUTOESTIMA.
Con los juegos de autoestima, el
objetivo principal que se persigue es desarrollar la confianza en sí mismo.
Buenas cualidades.
Hablar del hecho de que nosotros
poseemos mejores cualidades como, por ejemplo, ser amables con los demás, ser
honrados, etc.
Pídeles que digan buenas cualidades que
descubren en la gente o que a la gente le gusta tener. Diles que no tienen que
ser cualidades propias. Pueden ser que las admiren en otros y que les gustaría
poseer.
Haz un coloquio o debate con los
comentarios.
Algo bueno de mí.
Esta actividad se desarrolla en grupos
de 4, la actividad consistirá en una lluvia de ideas, cuyas reglas serán las
siguientes:
a)No se admitirán críticas sobre
ninguna sugerencia que se haga.
b) cualquier idea es válida, sea
factible o no.
c) Intentar conseguir tantas ideas como
se pueda.
Explicarles que con frecuencia no
pensamos o no nos acordamos de las cosas que hacemos o nos hacen sentir bien.
Así, el día que nos encontremos con la moral baja o el día que todo nos sale
mal, podemos poner en práctica aquello que nos hacía sentir mejor.
Lo que hay que hacer es lanzar tantas
ideas como sea posible sobre cosas que los miembros familiares podrían
prácticar para sentirse bien.
Coloquio.
Cosas que mejorar.
Se divide al grupo familiar en dos
partes para que cada uno elija una persona de la otra mitad.
Explícales que las personas pasamos
mucho tiempo pensando en las cosas que hacemos mal y que queremos cambiar. Sin
embargo no solemos pensar en lo que hacemos bien o las cosas que nos gustan de
nosotros mismos.
Pregúntales que por que creen que pasa
eso.
Pide a cada uno que hable sobre una
persona de la familia, tendrá un minuto par cada ello., después esta persona
hablará de sí misma y comentará lo que le gusta de su forma de ser.
Agradecimientos.
Es curioso, pero siempre hablamos de
las cosas que se hacen mal o corregimos a los chicos de algunas de sus
actitudes negativas. Pero nunca damos las gracias o congratulamos por las
tareas bien realizadas y es fundamental realizar esto último.
No tienen que ser grandes cosas. Lo
importante es la intención y el reconocimiento y no la relevancia de la
actuación. Anima a los demás para que actúen de la misma forma con aquellos a
los que desearía decir algo.
AUTOCONCEPTO Y AUTOESTIMA.
Definimos el autoconcepto como la imagen que tiene cada individuo de sí
mismo.
La autoestima es la parte evaluativa del autoconcepto.
Autoconcepto en la adolescencia.
Si algo caracteriza al adolescente es la búsqueda de la identidad.
El adolescente se suele percibir como un ser incomprendido y complejo.
En sus descripciones, en las que recogen todos los aspectos, resaltan por
encima de otras cosas los rasgos físicos, psicológicos y actitudinales.
La autoestima en la adolescencia.
La adolescencia es un momento de reajuste de la valoración que se hace
el sujeto a sí mismo.
Durante esta etapa una de las teorías más importantes es el logro de la
identidad personal o imagen ajustada de uno mismo en consonancia a unos valores
y objetivos
Cada individuo es un mundo, pero generalizando, la mayor
parte de los adolescentes se pone durante el año el mismo tipo de ropa. Así los
chavales de hoy suelen ser muy prácticos, unos vaqueros y una camiseta
constituyen las piezas favoritas. Desde luego a esta edad los gustos en ropa
son diferentes y si por casualidad una madre le regala a su hijo un sueter, éste no se lo pondrá
para ir al instituto.; ¡toda la clase se reiría de él!
No critiques despectivamente su forma de vestir, simplemente
es diferente, lo sabe y quiere manifestarlo. Aunque en ocasiones lo haga de la
manera más estrafalaria!
Si pretendes asesorarle, hará justamente lo contrario si no
lo haces correctamente. Estas características en la indumentaria se pierden a
partir de los 25 años, ya que pasa a encontrar un equilibrio emocional y son
menos sensibles a la imagen que los otros se hagan de ellos.
En muchas ocasiones, en la ropa, está relacionada calidad y
precio a la hora de elegir atuendo, pero cuando este último es excesivo,
adquirimos la ropa más económica en detrimento de su calidad. Esto nos puede
pasar con algunas marcas:
El chaval quiere unos
determinados calzoncillos “XXVV”. Para ser exáctos tú imaginas que serán caros,
pero no imaginas ni por asomo, su importe.
Cuando por casualidad
compruebas cuánto vale: ¡te echas las manos a la cabeza!.
Intentas dialogar con el
chaval para ver si quiere entender, pero te estiras de los pelos porque en
realidad sin venir a cuento, te enteras de lo que quiere hacer con esos
calzoncillos es exhibirlos, dado que lo que priva hoy es que sobresalgan dado
que los talles de los pantalones son bajos…
¿Pero qué está pasando?
El niño quiere una camiseta , marca SXS y el niño tiene camiseta valga lo que
valga…y ¿eso es educar?
Eso es consentir, porque qué valores se están transmitiendo:
¡que puede hacer lo que quiera y pasar por encima de todo?
A priori esta aseveración está fuera de lugar, pero cuando
una madre te cuenta que su hijo tiene unas zapatillas OPO y sin embargo ella se
compra sandalias en el mercadillo por ser más baratas.
¡No entiendes qué está pasando!
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