SECUELAS:
Secuelas
del accidentes tengo muchas, sobre todo en los huesos, fracturados y juntados
de nuevo por donde pudieron, pero la secuela que me ha acompañado siempre es la
incontinencia urinaria. De este problemilla me están atendiendo en el departamento
de urología de la Fe.
En urodinámica, que es como se llama ahora, me han
restado las pastillas tras el infarto. Ahora sólo tomo pastillas para el
corazón.
Al principio del experimento, tenía que cambiarme el
salva slips hasta 4 ó 5 veces al día. Hoy sin embargo lo hago en 2 ocasiones,
siempre por higiene, salvo que tenga un día singular y entonces se incrementan
los “salva slips”.
En realidad siempre sigo estando un poco mojada, con lo
cual mi higiene intima es más comprometida y en mi tendedero, hay un sinfín de
braguitas. No obstante me niego aún a ponerme pañales como antaño, ni aún el
“Tena lady” parece que me convence, aunque siempre insista el Doctor Agulló en
ello.
Recuerdo
que al principio, al regresar a casa tras el accidente, no hablaba puesto que
me dolía mucho la garganta al hablar. Así muchas veces me limitaba a escuchar y
a asentir o negar con la cabeza. Me dolía mucho y no sé porque razón durante
una buena temporada me negué a hablar con frecuencia.
También cojeaba mucho más antes que ahora. Es normal con
la pelvis rota y unida por donde le convenía a los huesos. Pero aunque con la
muleta caminaba bien y sobre todo segura, yo con ánimos de superación y como un
reto, caminaba pequeñas distancias sin muletas. En cierto modo, también las
odiaba. Odiaba a las muletas y lo que representaban, mi incapacidad para
desenvolverme con normalidad.
En
ocasiones me he perdido en el mundo exterior. No sé cómo lo hacía, pero de
repente, no sabía dónde u otras veces me desorientaba. No importa lugar; ciudad
o campo, yo conseguía perderme siempre!. Al principio, cuando me perdía, me
daba o por llorar puesto que no sabía dónde estaba. Lo sabía, pero estaba
perdida!. No sé explicarlo, era como si hubiera un complot de las calles hacia
mí.
Aunque en ocasiones la gente de a pie, al verme perdida,
me socorría. Yo lo pasaba mal, así que me acostumbré a salir con un plano en el
bolso.
¡Una vez me perdí en un campamento! Era por la noche ...me dirigía a dormir a la tienda, pero me perdí...y lo curioso es que eramos los únicos acampados en kilómetros a la redonda!
¿QUÉ DOLOR!.
Hay
ocasiones cuando cambia el tiempo atmosférico o porque sí, que la pierna duele
tanto que no puedo caminar. Me resigno y me quedo en casa hasta que la
susodicha mejora y puedo salir a la calle de nuevo.
Cuando
duele la pierna, se para el mundo a mis pies. Nunca mejor dicho, puesto que no
puedo caminar!. Me deprime no poder desplazarme y no poder hacer nada, ni tan
siquiera bajar al portal de mi casa o deambular por ella libremente. De hecho,
en cuantiosas ocasiones, si el dolor me dio en la calle, tengo que sentarme a
reposar antes de proseguir.
Al
principio, cuando dolía la pierna, tras una serie de largas excursiones por los
especialistas, cuando no dolía. En primera instancia probaron con una
plantilla, puesto que tengo una pierna más larga que otra. Como me seguía
doliendo, también me pusieron faja ortopédica…y me seguía doliendo y tuve una
fuerte recaía. De la que salí haciendo más rehabilitación e iba al hospital a
por terapia de calor. En total he ido 3 ó 4 veces con recaídas al hospital y
hasta pensé en infiltraciones para paliar el dolor, pero la doctora desestimó
estas últimas y comentó que la mejor opción sería permanecer quieta, cuando
duele u tomar pastillas por el dolor
Pero, cómo voy al servicio en estas
condiciones?. Pues mal, pero debo ir y voy haciendo paraditas intermitentes por
el dolor.
Creo que nunca me acostumbraré a este dolor.
Tal vez sea indescriptible!. Supongo que podía hacer un master del dolor de
pierna. Por regla general, la pierna duele
Lo que
peor llevo es el dolor de pierna, tan agudo que no me deja caminar. Así que
ahora estoy sentada, cuando lo que de verdad me gustaría hacer es caminar y
pasear con Calcetines por ahí. Y estoy llorando, sí, puesto que es lo único que
en realidad puedo hacer. De hecho últimamente lo hago demasiado.
¡Creo que estoy deprimida de tanto dolor!
A veces los médicos me piden que describa cómo es el
dolor, pues eso, es indescriptible. Duele mucho, tanto que no puedo dar un
paso. Sólo puedo esperar a que se me pase y después, poco a poco, reanudar de
nuevo el paso.
Ya me
dijo la doctora que lo mejor que podía hacer cuando doliera, era esperar a que
remitiera y mientras moverme lo menos posible.
Creo que
nunca me acostumbraré a este dolor. Tal vez sea indescriptible!. Supongo que
podría hacer un master sobre el dolor de pierna. Por regla general la pierna
duele 2 ó 3 veces a los largo del año, pero sin interrupción una temporada
intermitente. Es decir a modo de un día no duele y dos , sí
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