lunes, 2 de marzo de 2015

El Divorcio Desde la Perspectiva de los Niños
Marisol Muñoz-Kiehne, PhD
La reacción de cada niño al divorcio de sus padres depende de su nivel de desarrollo, su personalidad y temperamento, sus estilos de aprendizaje, sus fortalezas y debilidades particulares, y sus necesidades únicas.
Pensamientos:
  • Simples- piensan en blanco y negro, que las cosas son buenas, o malas
  • Mágicos- sienten que sus pensamientos causan los eventos
  • Literales- ¿En verdad echaron a papa de la casa? ¿Otro hombre se robó a mi mama? ¿Es la novia de papá una bruja?
  • Recuerdos- felices y tristes
  • Quieren creer que fueron concebidos por amor, con esperanzas de formar una familia feliz
  • Desean que papá y mamá se lleven bien y se reconcilien
Sentimientos:
  • Tristeza, soledad, sentirse rechazados- Extraño... Ya no les importo…
  • Ira, irritabilidad- No es justo, no me gusta, lo odio, no quiero ir de un lugar a otro…
  • Preocupación, inseguridad, vulnerabilidad, temor- ¿Qué va a pasar? ¿Qué tal si...? Me preocupa...
  • Culpa- Si tan sólo yo hubiera...
  • Vergüenza, pena- No quiero que la gente sepa…
  • Celos, culpar a otros- Si no fuera por…
  • Confusión- No entiendo…
  • Alivio- Por lo menos ahora…
  • Embotamiento- No siento nada. Nada me importa.
Preguntas:
  • ¿Por qué?
  • ¿Es mi culpa?
  • ¿Qué tal si los dos me dejan?
  • ¿Qué va a pasar conmigo ahora?
  • ¿Qué 
  • ¿Qué va a pasar ahora?
  • ¿Qué se supone que haga yo?
  • ¿Puedo arreglar esto?
  • ¿De qué lado estoy?
  • ¿Cuándo me voy a sentir mejor?
  • ¿Cuándo se mejorarán las cosas?
  • ¿Se normalizarán las cosas algún día?

  • El Divorcio Según las Etapas del Desarrollo de los Niños

    Marisol Muñoz-Kiehne, PhD
    Bebés (0-1 año):
    • No comprenden las razones del conflicto, pero se dan cuenta del clima emocional del hogar, sienten la tensión y el descontento.
    • Se dan cuenta de los cambios en los niveles de energía y en estado emocional de los padres.
    • Se dan cuenta de cuando uno de los padres ya no está en el hogar.
    • Dependen totalmente de los adultos que los cuidan.
    • Comienzan a desarrollar confianza en otros y en el mundo.
    • Cúanto tiempo se pase con los bebés determina la formación de los lazos afectivos.
    • Fíjese si muestran señales de malestar. Si lucen más irritables, nerviosos, si demuestran más rabietas, pérdida de apetito, o retrasos en su desarrollo.
    • Hágales sentirse seguros demostrándoles afecto, meciéndoles, tocándoles, hablándoles con cariño.
    • Mantenga sus juguetes y objetos favoritos a la mano.
    • Mantenga las rutinas lo más posible.
      Introducir personas nuevas gradualmente.
    Niños pequeños (1-3 años):
    • Necesitan estabilidad y predictibilidad.
    • Son egocéntricos: creen que causan todo lo que pasa.
    • Fíjese si muestran señales de malestar: llanto excesivo, apego extremo, dificultades al dormir, pesadillas, ansiedad de separación, regresión a comportamientos más inmaduros.
    • Ofrecerles más atención y cariño, especialmente a la hora de separarse.
    • Hablar sobre el divorcio a un nivel que puedan comprender.
    • Hacerles sentir seguros con muestras de afecto verbales y físicas.
    • Demostrar que comprenden su malestar.
    • Mantener las rutinas lo más posible.
    • Introducir personas nuevas gradualmente.
    Niños de edad preescolar (3-5 años):
    • Necesitan estabilidad y predictibilidad.
    • Son egocéntricos. creen que causan todo lo que pasa, piensan que pueden controlar los eventos, se sienten responsables o culpables del divorcio.
    • Tienen fantasías sobre la reconciliación de los padres.
    • Fíjese si muestran señales de malestar: tristeza, confusion, preocupaciones, temores, pesadillas, agresión, regresión a comportamientos mas inmaduros, aislamiento, apego extremo, quejosos.
    • Hablar sobre el divorcio a un nivel que puedan comprender.
    • Hacerles sentir seguros con muestras de afecto verbales y físicas.
    • Leerles libros sobre el divorcio.
    • Animarles a hacer preguntas y a hablar sobre sus sentimientos y pensamientos.
    • Demostrar sensibilidad a sus temores.
    • Decirles repetidamente que no son responsables por el conflicto o el divorcio.
    • Apoyar la relación de los niños con el otro padre, a menos que sea peligroso.
    • Mantener las rutinas lo más posible.
    • Introducir personas nuevas gradualmente.
    Niños de escuela primaria (5-12 años):
    • Se dan cuenta de lo que pasa, pero carecen de las destrezas necesarias para lidiar con los conflictos.
    • Pueden comprender el concepto de divorcio.
    • Penan la pérdida de la familia como era antes del divorcio.
    • Pueden sentirse rechazados por los padres.
    • Tienden a culpar a otros, a menudo a uno de los padres.
    • Hablar sobre el divorcio a un nivel que puedan comprender.
    • Fíjese si muestran señales de malestar: tristeza, problemas académicos y/o sociales en la escuela, comportamiento inapropiado, achaques físicos, conflictos entre hermanos por competencia.
    • Hacerles sentir seguros con muestras de afecto verbales y físicas.
    • Leer libros sobre el divorcio. Animarles a hacer preguntas y a hablar sobre sus sentimientos y pensamientos.
    • Demostrar sensibilidad a sus temores.
    • Decirles repetidamente que no son responsables por el conflicto o el divorcio.
    • Apoyar la relación de los niños con el otro padre, a menos que sea peligroso.
    • Mantener las rutinas lo más posible.
    • Introducir personas nuevas gradualmente.
    Adolescentes (13-17 años):
    • Están más envueltos con su grupo de pares y dependen menos de sus padres que los niños menores.
    • Les preocupa el impacto del divorcio en sus relaciones.
    • Sienten dudas de sus propias capacidades de establecer relaciones a largo plazo.
    • Pueden tratar de tomar ventaja de los padres.
    • Fíjese si muestran señales de malestar: ira y hostilidad extrema, actitud desafiante, preocupación por asuntos financieros u otros asuntos de adultos, auto-concepto disminuido, aislamiento, problemas académicos o sociales en la escuela, comportamientos impredecibles o arriesgados.
    • Mantener abiertas las vías de comunicación.
    • Ser justo y razonable al asignarles responsabilidades.
    • Apoyar la relación de los muchachos con el otro padre, a menos que sea peligroso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario