lunes, 8 de junio de 2015

Formas ineficaces para hablar con los hijos

FORMAS INEFICACEZ PARA HABLAR CON TUS HIJOS

Formas ineficaces de comunicación

Debido a que puede ser difícil enfrentar un conflicto, las personas desarrollan muchas formas ineficaces de comunicación durante una crisis. Vea si usted se reconoce, o reconoce a su hijo, en cualquiera de las descripciones siguientes
El gritón: Cuanto más grito, más probabilidades tengo de salir con la mía utilizando intimidación.
El indiferente: Voy a ignorarte hasta que te sientas tan culpable y desdichado que termines por darme la razón.
El manipulador: Voy a tergiversar los hechos y utilizar tus debilidades para sacar ventaja.
El desentendido: Cuanto más ignoro el problema, más grande se vuelve. Pero voy a seguir insistiendo en que todo está bien.
El llorón: Seguiré derramando lágrimas hasta que no puedas resistir verme llorar y finalmente te des por vencido.
El acusador: Si te sigo diciendo que eres el único culpable de la situación, a la larga lograré convencerte de que es así.
El quejoso: Al igual que el que llora, llegaré a agotarte con mis constantes quejidos y lamentos. 
El mandamás: Yo gano automáticamente la discusión porque tengo la personalidad más fuerte, o si no, porque soy yo quien dicta las reglas.

Formas efectivas de comunicación

Afortunadamente, con un poco de esfuerzo los métodos ineficaces de comunicación pueden reemplazarse con métodos prácticos y funcionales. Vea si usted y su hijo pueden asumir algunos de los roles siguientes, y resolver los conflictos de forma más efectiva:
El atento: Presto atención a lo que estás diciendo, y te puedo explicar, en mis propias palabras, que realmente comprendo la situación y tus sentimientos con respecto a ella. No te voy a interrumpir cuando estés hablando, y pensaré bien en lo que has dicho antes de responderte.
El responsable: Reconozco que un problema tiene dos caras, y asumo responsabilidad por mis palabras, actos y sentimientos. Haré comentarios utilizando la palabra Yo, aceptando mi responsabilidad en lugar de culparte y ponerte a la defensiva. 
El explorador: Conozco mi lado del problema, pero quiero comprender mejor el tuyo. Te haré preguntas para entender mejor tu posición y te pediré que me expliques cuando me sienta confundido o cuando no esté de acuerdo.
El apaciguador: Pese a que estamos enfadados, me comportaré de una manera respetuosa. Hablaré en forma positiva y validaré tu posición cuando sea apropiado.
El colaborador: Reconozco que el acuerdo mutuo es la clave para resolver un conflicto; por eso me concentraré en unir nuestras fuerzas para encontrar la mejor manera de poner fin al forcejeo. Te pediré que ambos practiquemos la técnica del toma-y-daca, y sugeriré soluciones justas para que podamos transigir y llegar a buen arreglo.

Consideraciones especiales

Recuerde que su hijo todavía está creciendo. Si usted lo trata como si fuera inmaduro, se comportará como tal. También comprenda que su hijo lo ve a usted en una posición de poder y tal vez ya esté a la defensiva. Sea comprensivo con sus ideas y sentimientos, y sea razonable cuando establezca tanto expectativas como límites. Lo más importante, sin embargo, es recordar que es usted quien le dará el ejemplo en la resolución de un conflicto; por eso debe tratar de mantenerse sereno, racional y respetuoso. El comportamiento y la forma de comunicación de su hijo se verán directamente influenciados por sus propios actos y técnicas de comunicación.

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